Docentes, estudiantes y la comunidad de la Inspección de La Julia en Uribe (Meta) abrieron el Sendero turístico Interpretación Ambiental el Ocayo, como herramienta para el rescate de los saberes, el cuidado de la fauna y flora del territorio y la recuperación de la memoria histórica.
Con el ánimo de generar sentido de conservación por las especies nativas del sector, los docentes de la institución La Julia, decidieron salir de las aulas al bosque para realizar una educación práctica y en contacto con la naturaleza, aprovechado que hoy el lugar es libre de la presencia de los grupos armados que transitaban la zona, ahora transitan los estudiantes de inglés, matemáticas, sociales y todas las áreas que recorren el sendero en sus clases aplicando la educación transversal y el cuidado de la fauna y flora.
“El sendero cuenta con cinco estaciones más la entrada, cada una de las paradas esta enfocada en un árbol de la región, una plántula representativa, en cada una hay un fragmento de un poema creado por un estudiante bajo una estrategia de los docentes durante la pandemia. El poema es una narrativa de como se creo La Julia y El Sendero como un testigo silente de todo el conflicto que se vivió y las barreras para que la comunidad disfrutar de éste, y la transformación que trasciende en un nuevo camino en el cual estamos construyendo paz, dando utilidad a estos espacios”, así lo indicó Javier Rojas, docente de la institución educativa.
El Sendero de Interpretación Ambiental el Ocayo, ofrece a sus visitantes un recorrido por un camino que era transitado por los grupos armados, un bosque que estaba minado, y que hoy es utilizado por los docentes y estudiantes para conocer sobre la memoria histórica de la región.
Son más de cinco años de trabajo de la comunidad en la construcción de este sendero, por el cual se aprende sobre cuidado del medio ambiente y la historia de un territorio resiliente que trabaja por superar las barreras del conflicto y la distancia con las grandes ciudades; La Julia, esta ubicada a 150 km, aproximadamente de Villavicencio, capital del Meta.
Para hacer posible este proyecto turístico y educativo se contó con el apoyo de la fundación Benposta (Nación de Muchach@s) y la Comisión de la Verdad entre otras.
La fundación Benposta aportó con recursos económicos para la construcción del sendero e instalaciones del colegio y aportó con acompañamiento psicosocial a estudiantes y docentes.
Por su parte, La Comisión de la Verdad llegó al territorio por el historial de afectación a la población civil en el conflicto que se vivió, con la intención de hablar y trabajar sobre dos problemáticas en especial. Por una parte, evitar la estigmatización sobre el territorio de que supuestamente pertenecía a las guerrillas, lo que recayó en los adolescentes y jóvenes; y el otro tema evitar el reclutamiento de los menores por los grupos armados.
Alexander Leal, exintegrante de la Comisión de la Verdad manifestó que “dentro de la investigación en el territorio encontramos en el colegio de La Julia la iniciativa perfecta para evitar que se ahondaran estas dos problemáticas: estigmatización y reclutamiento de los jóvenes, donde trabajamos con los estudiantes de los grados 10 y 11 recreando la memoria e historia del sector por medio de relatos desde sus propias aspiraciones y vivencias, dentro de estos relatos se reflejaba la esperanza de la no existencia del conflicto y en otros casos nos consternó el ver que en algunos jóvenes no había esperanza, por lo que se debía trabajar aún más", indicó Leal.
Las experiencias recogidas mediante los relatos de los jóvenes y las preocupaciones de los docentes e integrantes de la Comisión de la Verdad permitieron realizar mediante el sendero charlas de reflexión, de esperanza y que estas historias tuvieran un final feliz, la creación del Sendero de Interpretación Ambiental el Ocayo, como una herramienta para crear un nuevo futuro para ellos y para las nuevas generaciones, dejando atrás el paso de la guerra.
La principal consigna de los jóvenes es la “No repetición del conflicto en el territorio”.