Por: Richard Hernández
El libro ‘Pájaros de sombra: diecisiete poetas colombianas (1989 - 1964)’, de Andrea Cote, ganó el primer puesto en la categoría ‘Mejor libro de antología poética’ del prestigioso International Latino Book Award, organizado por el Latino Literacy Now, creada por el reconocido actor Edward James Olmos, el empresario Kirk Whisler y Reforma para difundir la cultura latina en Estados Unidos.
“El premio es un signo de la formación sólida de un grupo de poetas contemporáneas. La escena más interesante en este momento con la poesía es la de las mujeres, porque están escribiendo desde lugares muy liberados, por eso son pájaros”, señala Cote, poeta, profesora de poesía en la Maestría bilingüe en Escritura Creativa, de la Universidad de Texas, en El Paso (Estados Unidos).
La obra hace parte de un proyecto más amplio de difusión de la poesía escrita por mujeres ideado por la editorial Vaso Roto de España. Anteceden a la antología colombiana los volúmenes de México (Sombra Roja) y el de España (Sombra Di-versas).
La antología reúne a 17 poetas colombianas nacidas entre 1964 y 1989. Andrea escogió estos límites de tiempo porque “son 25 años de nuestro país donde la revolución en la forma en la que escriben va de la mano con la transformación del papel de las mujeres en la sociedad. Las poetas colombianas han abierto su propio camino, más allá de los temas de la casa y lo cotidiano”.
En el libro, la editora presenta a las poetas a través de una cronología inversa. El punto de partida es el año de 1989, cuando nace María Gómez Lara, la poeta que abre la selección, y termina con apartes de ‘Naufragio de Luna’, el primer libro de Yirama Castaño.
“1989 es, además, un año simbólico para las rupturas que determinarán en el orden social y político mundial: la caída del Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría. Se trata de 25 años de escritura femenina, años cruciales del conflicto interno en el país. La poesía que se escribe a partir de esa época constituye de una manera u otra un testimonio de las preocupaciones y urgencias que rodeaban el preludio de un siglo que iniciaba con el fin del mundo”, expone Cote.
Un gran porcentaje de las escritoras incluidas en la selección se compone de autoras nacidas en los 80. También llama la atención que han publicado al menos dos libros de poesía. Además, como lo asegura Andrea, esta es la primera generación de escritores colombianos con un mayor número de mujeres poetas recibiendo difusión y reconocimiento.
“Estos cambios se manifiestan de algún modo en los premios. Pienso por ejemplo en el Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Cultura de Colombia. A algunas llevaba años leyéndolas como autoras, periodistas o críticas y reconozco la manera en que, de forma individual y sostenida, han conquistado un espacio por su devoción infatigable por la poesía. A otras, tuve ocasión de escucharlas en festivales en el territorio nacional”, dice la editora del libro.
También Andrea reconoce y es consciente de que, a pesar de los intensos esfuerzos de búsqueda y lectura, esta muestra de escritoras no se aparta totalmente del fenómeno de centralización que aqueja a la literatura colombiana.
“La mayor parte de las autoras provienen de las ciudades de Medellín y Bogotá, centros geográficos y culturales del país. Esta ausencia es quizás una de las tareas más importantes que deja este libro, la necesidad de cooperar en la creación de mecanismos de acceso y legitimación, capaces de convocar las voces de nuestras regiones”, añade Cote.
Asimismo, la poeta afirma que como en toda antología, ‘Pájaros de sombra’ se define también por sus ausencias. “En primer lugar, debe notarse el nombre de las antecesoras: Meira del Mar (1922), Olga Elena Mattei (1933), María Mercedes Carranza (1945) y Piedad Bonnet (1951), entre otras poetas a quienes correspondió conquistar y determinar un espacio en una literatura nacional definida por los hombres. Ellas desarrollaron la difícil tarea, aún en curso, de asistir el tránsito por el que la mujer pasa de ser tan solo objeto a ser sujeto de la escritura”.
Tampoco en la antología se pudo incluir, por límites generacionales y de espacio, a Laura Castillo, quien pertenece a la generación de los noventa y es autora de ‘Prolongación de la lluvia’, un libro que “con particular eficacia poética construye imágenes para el dolor de nuestra guerra”.
La autora encontró el título de la antología en la obra del crítico alemán Hugo Friedrich ‘La estructura de la lírica moderna’, donde dice que para conocer el alma de un poeta hay que fijarse en las palabras con las que se obsesiona.
“Descubrí que casi todas las autoras de la muestra hablan en alguno de sus textos sobre un pájaro. El lector encontrará que esa figura vuela por el libro de diversas formas. He descubierto que lo cierto es que toda la literatura colombiana está poblada de pájaros. Probablemente porque el de los poetas es el canto que nunca espantará el estruendo de la muerte”, concluye Andrea Cote.
Esta es una selección de tres de las poesías que aparecen en el libro ‘Pájaros de sombra’:
Patria, Camila Charry Noriega (Bogotá)
El niño recoge espigas de sol.
Vuelve sereno y cantando por el campo.
Revienta sobre su cuerpo el fusil del asesino;
lo embiste la noche.
Vuelan por el aire sus ropas como banderas
de una patria con cualquier nombre.
Abisag, Gloria Posada (Medellín)
Mis dedos se deslizan
por mis cabellos
como solían hacerlo en el agua
Solo faltan en el cielo
los pájaros del mar.
Carta, Sandra Uribe Pérez (Bogotá)
Por medio de la presente
yo Dios
certifico que:
Como pescado
No hago las tareas
No manejo despacio
Duermo cinco horas
Me gusta Bach
No tengo buena ortografía
Soy hateo.