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Los abuelos sabedores y la cura para el “mal de amor” en Leguízamo, Putumayo

Los sabedores y sabedoras son vistos como guías espirituales, tanto por sus comunidades como para quienes llegan de distintas partes de Colombia y el mundo en busca de alivio para el alma.
Juan Miguel Narváez Eraso

Son varias las plantas y milenarios los conocimientos naturales y curativos que en el departamento del Putumayo ofrece la 'madre selva' a los tradicionales curanderos para sanar el llamado "mal de amor".

"Esa es la principal enfermedad que entristece no solo al corazón de los colombianos, sino de peruanos y brasileños. Por eso todos los santos días del año recibo con agrado y comprensión a aquellos hombres y mujeres que sufren por culpa del amor", expresó Lizardo López, abuelo sabedor del pueblo indígena Murui Muina del municipio de Leguízamo.

Durante 34 años, Lizardo asegura que a sanando corazón de los despechados, y que los celos, los amores imposibles y la infidelidad son los principales causantes del sufrimiento en aquellos jóvenes y adultos que suelen llegar a su vivienda, en la búsqueda de una cura a esos tormentosos dolores generados por el amor.

Para Lizardo, es absurdo creer que un sentimiento tan noble y puro como el amor genere tanto lamento y dolor. Recuerda que entre los más de 80 ‘enfermos del corazón’ que ha atendido a lo largo de esas más de tres décadas, está el caso de una jovencita proveniente de la ciudad de Cali (Valle del Cauca), quien llegó buscando un consuelo por una desagradable experiencia con un joven de su universidad.

Por su parte, Paula Paytecudo, otra ‘abuela sabedora’ del bajo Putumayo confirma haber conocido casos de amores que se han acabado por aventuras y por la intervención de lo que ella reconoce como "diferentes energías", donde en ocasiones la mejor solución es alejarse del otro que los lastima.

Hierbas dulces entre otro ingredientes hacen parte de los rituales espirituales con los que estos abuelos sabedores buscan ayudar a otros y conservar sus tradiciones milenarias, pues según cuentan, no cualquiera puede encontrar el remedio para los males que aquejan a aquellos que los consultan.

Taita tradicional

David Quiroz Erazo, historiador y director de los museos el ‘Valor de la Historia’ y ‘La Casa de la Moneda’ en el municipio de Orito, expresó que los curanderos hacen parte de la idiosincrasia indígena y que sus ancestrales conocimientos los faculta para sanar a aquellas personas que presentan dolencias físicas o padecimientos espirituales.

“En Orito contamos con el taita Querubin, el más antiguo del departamento del Putumayo quien ha facultado a varios curanderos de la región para otorgar la paz espiritual a quienes la necesitan. A su casa han arribado argentinos, alemanes y estadounidenses en búsqueda de una cura para aquellos males de amor y enfermedades que por años los aquejaban”, dijo.

En agradecimiento, varios extranjeros han llevado al taita a sus lugares de origen donde ha tenido la oportunidad de conocer su cultura y promover en ellos el cuidado del medio ambiente.

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