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In Memoriam: Los músicos colombianos que partieron en 2022

La música de estos grandes representantes de nuestros sonidos se queda para siempre en nuestro recuerdo y corazón.
Jaime Andrés Monsalve, jefe cultural

Luego de un año de regreso a la normalidad tras la aparente conjura de la pandemia, Colombia volvió a ser tierra de música y músicos. Y de la misma manera que la vida pasa con lo bueno y con lo malo, un grupo importante de cultores de nuestros aires fallecieron en 2022. A ellos los honramos desde estas líneas y también en el especial In Memoriam 2022, que Radio Nacional de Colombia emite el festivo primero de enero, a partir de las 12 del mediodía.

El listado luctuoso tuvo por principio la desaparición física, el 4 de enero, del dj y productor de música electrónica Alejandro Vélez. El músico y gestor cultural, codueño del espacio Club Calle 9+1 y del sello especializado Series Media, dejó un vacío profundo en la escena de Medellín. Poco después, el 7 de ese mismo mes, conocíamos la noticia de la partida del legendario periodista deportivo y locutor Andrés Salcedo, quien además del reconocimiento obtenido por sus años en Alemania, vinculado a la Deutsche Welle y a Transtel como narrador en español de los partidos de la Bundesliga, fue compositor del porro ‘Valledupar’, convertido en himno no oficial de esa ciudad tras su interpretación por parte del conjunto de los Hermanos Martelo, con la voz de Juan Piña.

El 14 de enero nos dejaba el percusionista, cantante y compositor bolivarense Cástulo Boiga, quien fundara en 1970, al lado de su hermano Leandro, la orquesta La Protesta de Colombia, en la que descolló un todavía adolescente Joe Arroyo. Boiga también hizo parte de agrupaciones como La Tromba de Dolcey Gutiérrez. Luego, el 25 de ese mismo mes, fallecía en su Medellín natal, a los 91 años, la guitarrista, cantante y compositora Sonia Martínez de Aguirre, famosa en los círculos del bolero por composiciones como ‘No fue tu mejor noche’ y ‘No estoy de humor’, así como por el pasillo ‘Coclí coclí’ y centenares de piezas más, muchas de ellas provistas de un gran sentido del humor.

El 27 de enero murió en Barranquilla, su tierra, el compositor Eugenio García Cueto, famoso por haber escrito en 1968 el éxito ‘Que me coma el tigre’, objeto de decenas de versiones, incluida las de la Orquesta Huambalí de Chile, el Cuarteto Continental de Perú y Lola Flores en España. También compuso otras piezas como 'La costa', 'La mula baya', 'Rico sucundún', 'El corazón de mi guitarra', 'A Maracaibo', 'Francisco el Hombre' y 'El pelúo'. Y el 12 de febrero trascendía la noticia del deceso, a sus 91 años, del cantante y compositor barranquillero Julio Erazo, legendario exintegrante de Los Corraleros de Majagual y compositor de grandes y recordados temas bailables como ‘Hace un mes’, ‘Adonay’, ‘La pata pelá’, ‘La puya guamalera’, ‘‘El bailador’, ‘Yo conozco a Claudia’ y el tango ‘Lejos de ti’, grabado por el cantor argentino Raúl Garcés en 1954, con su grupo Los Caballeros del Tango.

El 6 de marzo, la cantante Mónica Giraldo daba a conocer en sus redes sociales la partida de su padre, Alfonso Giraldo, que como amante de la música latinoamericana, y en su calidad de músico aficionado, fue una de las primeras influencias para la carrera de su hija. En 2012 ella nos permitió conocer el arte de su progenitor en un entrañable trabajo llamado ‘La voz de mi padre’. El 14 de ese mismo mes, en eventos que siguen siendo materia de investigación, fue asesinado el cantante y MC sanandresano Fabián Pérez, mejor conocido como Hety, quien hizo leyenda como parte del dúo Hety and Zambo, embajadores de géneros isleños como dancehall, modeup, mentó y otros.

El 11 de mayo murió Gildardo Paz, músico nariñense, intérprete de quena, zampoña, flauta, cuatro y guitarra, que desde hace 25 años comandaba en Palmira, Valle, la agrupación de música indoamericana Vientos del Sur. El 17 de ese mes supimos del fallecimiento de Eduardo ‘El Sardino’ Acevedo, figura legendaria de la batería en el rock colombiano y parte de agrupaciones como Los Flippers, Los Yoguis, Crash y Terrón de Sueños, así como miembro de las bandas de los cantantes Christopher, Vicky, Ana y Jaime, Claudia Osuna, Billy Pontoni y Miguel Muñoz.

El 19 de mayo partía en Medellín el músico, autor, compositor, cantante, arreglista, director, intérprete, locutor y pedagogo ecuatoriano, nacionalizado colombiano, Julio César Villafuerte, famoso por haber hecho parte del dueto Bowen-Villafuerte con su paisano Lucho Bowen, y compositor de éxitos populares como ‘Tu duda y la mía’, ‘La pena de no verte’, ‘Mi Jipijapa querido’ y ‘Vida de mi vida’. Ese mismo día llegaba la noticia de la muerte violenta del productor, empresario discográfico y mánager Humberto Castillo, quien fuera director artístico de sellos como Felito y Machuca en Barranquilla, a la vanguardia con sonidos como el funk, la cumbia psicodélica y el afrobeat en la Costa Caribe.

El 4 de junio el país amaneció con la noticia del sensible fallecimiento, a sus 87 años, de Rafael Cassiani Cassiani, líder durante más de cuatro décadas del legendario Sexteto Tabalá, de San Basilio de Palenque, y creador de buena parte de sus más importantes piezas. El 18 de julio se nos iba en Barranquilla el bajista y compositor José Miguel Vásquez, ‘Quévaz’, llamado sin hipérbole ‘el papá de los bajistas vallenatos’. Además de haber tocado el bajo para Alfredo Gutiérrez, Andrés Landero, La Niña Emilia, Los Betos, Joe Arroyo, Iván Villazón, Martín Elías, Los Embajadores Vallenatos, y Diomedes Díaz (Quévaz toca la célebre introducción de guitarra de ‘Sin medir distancias’), fue creador de temas como ‘Esa’ y ‘Te seguiré queriendo’, éxitos absolutos del repertorio de Rafael Orozco e Israel Romero.

El 26 de julio deberá ser considerado una jornada para el olvido, pues ese mismo día fallecieron dos grandes de nuestra música. En la mañana partía en Medellín, a sus 88 años, el pianista barranquillero Juan Roberto “Juancho” Vargas. Como pianista, organista, arreglista y director de orquesta, Vargas trasegó más de 70 años en el mundo de la música tropical y fue pionero del jazz en nuestro país con su quinteto. Hizo parte de la orquesta de Lucho Bermúdez, de la Orquesta Sonolux y de la big band El Sueño del Maestro, en actividad desde hace algunos años en Medellín; y lanzó proyectos discográficos propios como Cumbias Espaciales, Colombian Brass y Los Tremendos de Juancho Vargas. En horas de la noche de ese mismo día llegaba la noticia de la sorpresiva muerte del Rey del Despecho, Darío Gómez. Referente mayor en la evolución de la música cantinera y de carrilera, que gracias a su aporte empieza a ser conocida como "música de despecho", fue cabeza de un movimiento consolidado que llegó para quedarse, gracias a creaciones como ‘Así se le canta al despecho’, ‘Nueve años de soledad’, ‘Esta navidad no es mía’, ‘El caso de dos mujeres’, ‘Si negabas que buscabas’, ‘Entre comillas’, ‘Corazonada’, ‘El rey del despecho’ y muchas más.

La noche del 26 de agosto se supo de la muerte por mano propia, en la ciudad de Manizales, del rapero Santiago Marín, mejor conocido como Métricas Frías. Se iba así una promesa del hip hop, quien formara parte del Colectivo MBZ y de Doble Porción, al lado de su colega Mañas Rufiño.

El 8 de agosto supimos de la muerte del compositor vallenato Raúl Garrido Gallardo, creador de unas veinte canciones interpretadas y grabadas por Alfredo Gutiérrez, Aníbal Velázquez, Jorge Oñate, Los Hermanos López, Adaníes Díaz y Poncho Zuleta, entre ellas ‘El Historiador’, ‘Sentencia’, ‘Juramento’ y ‘El gran aventurero’. Sería el primero de una triste racha de músicos asociados al vallenato que partieron por esos días, como el joven cantante de 25 años Iván Mindiola (septiembre 2), el acordeonero de Wilfram Castillo, Luis “Lucho” León (septiembre 7), el compositor Emiro “Mime” Martínez (14 de septiembre), el acordeonero de Los Embajadores Vallenatos, Ramiro Colmenares (septiembre 17), el cantante Cristóbal “Toba” Zuleta (septiembre 22) y el famoso “Pollo Caucano”, el acordeonero, compositor y cantor Miguel Durán (septiembre 29).

Un hecho inquietante dentro del triste listado de músicos fallecidos este año lo constituye la desaparición de dos colegas que llevaban el mismo nombre artístico: el músico de rock costeño Leo Rodríguez, también conocido como Porto Solo, quien nos dejara en mayo pasado; y el conocido cantante tropical Leo Rodríguez, el 7 de noviembre a sus 62 años, tras padecer una enfermedad pulmonar. Se le recordará por canciones como ‘Sello infalible’, ‘Todo de ti’, ‘Amar y amar’, ‘Tu nido de amor’, ‘Salud, salud’, ‘Viejos amores’ y la que le compuso al Deportivo Independiente Medellín: ‘Medellín sos una chimba‘.

El 5 de diciembre falleció el guitarrista y primera voz del Dueto Semillas, Freddy González. Integrado además por Juan Carlos Zuluaga, desde 1982 Semillas venía trabajando en pos de la música andina colombiana, llevándose los primeros lugares en eventos como el Festival Hato Viejo Cotrafa, Antioquia le canta a Colombia, el Concurso Nacional de Duetos Hermanos Moncada, el Festival Nacional del Pasillo de Aguadas y el Concurso Nacional de Duetos Príncipes de la Canción, en Ibagué. Cerrando la triste seguidilla, el 15 de diciembre nos dejaba el maestro Julio Arnedo, famoso saxofonista de jazz y música tropical, padre de los famosos jazzistas Tico y Toño Arnedo; y el 28, partió el maestro Raúl García, fundador y director de la Orquesta Filarmónica de Bogotá por 23 años.

La música de estos grandes representantes de nuestros sonidos se queda para siempre en nuestro recuerdo y corazón. Y el festivo 1° de enero, a partir de las 12:00 del mediodía tendrá usted oportunidad de repasarla en nuestro In Memoriam. Acompáñenos a rendir tributo a todos estos grandes.

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