Ante el anuncio de la Dirección Antinarcóticos de la Policía de iniciar a principios de febrero la erradicación de cultivos de uso ilícito por medio de las aspersión terrestre de glifosato en Norte de Santander, la Asociación Campesina del Catatumbo anunció movilizaciones para mostrar su rechazo a la medida.
Holmer Pérez, directivo de la Asociación, afirmó que el anuncio “ha generado zozobra e incertidumbre nuevamente en las comunidades. Es una política violenta volver a fumigar con glifosato. Históricamente los campesinos buscan organizarse para la movilización social ya sea para los asentamientos campesinos o para otras acciones que tienen que ver con la movilización”.
El representante de los campesinos pidió al Gobierno Nacional el cumplimiento del Acuerdo de Paz y agregó que “el gobierno no ha cumplido lo que tiene que ver con el punto 1 de la Reforma Rural Integral. que va ligado con el punto 4, que tiene que ver con el fin de las drogas ilícitas”.
“Es mejor replantear la política (de aspersión terrestre) y que se aplique la sustitución concertada con las comunidades”, fue la petición de Pérez y de toda la comunidad rural.
Además, hizo un llamado para que se cumpla el Derecho Internacional Humanitario y se ponga en práctica “lo que en el Catatumbo hemos denominado, a través de la Mesa Humanitaria, los Mínimos humanitarios y construcción de paz, para que se mitigue la confrontación armada y no se involucre a la población civil”.
Con más de 41 mil hectáreas cultivadas con mata de coca, según estadísticas de medición de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito -UNODC-, el Catatumbo es una de las regiones con más siembra de cultivos de uso ilícito en el país, ubicados especialmente en el municipio de Tibú.