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Perrerazos desde el Sur de Colombia

Los testamentos de fin de año en Pasto, Colombia, son una tradición única y divertida que se celebra en la ciudad.
Sandra Erazo

En Pasto se despide el año con la lectura de los testamentos, textos sarcásticos que redactan los artistas que salen en el desfile de los años viejos, una costumbre del sur de Colombia que sale a la luz cada 31 de diciembre. 

La tradición de los testamentos de fin de año en Pasto se remonta a la época colonial, cuando se realizaban "testamentos" satíricos para criticar a las autoridades y personalidades locales.

Los testamentos de fin de año en Pasto son una parodia de los testamentos reales, donde se "dejan" herencias y se "testan" a personas y situaciones de la vida cotidiana. Estos testamentos suelen ser humorísticos y satíricos, y se utilizan para criticar y reflexionar sobre temas sociales y políticos.


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La celebración de los testamentos de fin de año en Pasto se lleva a cabo en la Plaza de Nariño, en el centro de la ciudad. Durante la celebración, se realizan lecturas de los testamentos, se cantan canciones y se baila.

Importancia cultural

Los testamentos de fin de año en Pasto son una importante expresión cultural de la región, que refleja la creatividad, el humor y la crítica social de sus habitantes.

El más antiguo de todos los testamentos es El Perrero que este año cumple 47 años, fundado por el maestro Ignacio coral Quintero, fundador de esta publicación, que se institucionaliza en 1977 cuando se da el paro cívico a nivel nacional contra el presidente López, “En ese momento se reúne el colectivo que era del Partido comunista del que hacíamos parte con el doctor Coral Quintero, Decano y secretario del Partido Comunista y otros nariñenses quienes alrededor de una discusión deciden llamarle El Perrero, porque en aquel entonces se castigaba con el perrero”, cuenta sobre sus orígenes Fabio Muñoz, cofundador de este testamento. 

En este como en todos los testamentos que se leen el 31 de diciembre se evocan los hechos políticos, religiosos, culturales y sociales más importantes que han transcurrido durante el año, que con un diseño literario expresan lo que no pueden hacer otros días del año, convirtiéndose en la actividad precarnaval donde reina la libertad de expresión.

“El testamento era la única herramienta y el único momento donde el pueblo pastuso se podía expresar libremente, a través de los años viejos y los testamentos, es efectivamente el único día en el que podemos criticar a los políticos que no han hecho nada, a los corruptos y a los que se han quedado durante mucho tiempo “mermelando”, entonces toca echar perrero”, expresa Fabio, al referirse de la redacción de los textos.

Cada muñeco que desfila este día presenta su propio testamento, donde el año que se despide dispone de los bienes y proyectos, de manera irónica y sarcástica, recogiendo los eventos anuales que adjudican a personajes que hacen parte de la vida política de la región, la nación y el mundo.

Perrerazos nacionales

“Las reformas de Petro van caminando, 
la situación para pueblo mejorando, 
la oligarquía 200 años gobernando,
Esos gobernaron con terror, miedo y maldad 
narcos corruptos tranquilos andado,
las altas cortes a favor fallando 
a Santiago Uribe el monstruo absorbiendo 
las reformas de Petro saboteando. 
Gustavo Petro está al mando
no funcional el golpe blando
el pueblo movilizado y luchando a los bandidos golpistas derrotando”.

Perrerazos departamentales

“En la Universidad de Nariño, Martuchis Gonzales Solarte quedó blanqueada, a la izquierda mamerta mermelada, hora cátedra, trabajadores lagarteada, el estudiantado les dio su patada”. 
“Alfonso Escobar, gobernador, la burocracia y contratos a parar, a los corbatas hay que mandar a trabajar, un año lleva… ya es hora de gobernar”.

Perrerazos municipales

“El alcalde cogió al torito por los cachos, esta alcaldía es para los meros machos tiene un buen equipo de muchachos, los corruptos serán sacados de las mechas”. 
“De los parlamentarios del Pacto no se hace uno, estos están mudos, el chutero Daza anda enduendado, el indiecito anda antojado, de los compromisos andan volados”.

El testigo de estas donaciones es el pueblo, quien admira la creatividad y habilidad de los artistas que hacen parte de esta actividad, presenciado es desfile y adquiriendo la publicación que tiene diversidad de diseño, las personas que salen a la senda a ver “el desfile de los años viejos”, llevan dinero sencillo para adquirir el testamento que es ofrecido por los pregoneros.

El humor y la imaginación plasmados en estos testamentos, un llamado al orden, como los ojos detrás de cámaras que ven la necesidad de gritar al mundo verdades de manera jocosa. 

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