A día de hoy no se sabe cuántos turistas puede recibir el municipio de Salento (Quindío), ya que las autoridades no han cumplido una orden de la Corte Suprema de Justicia, en la que se pide un estudio técnico de capacidad de carga.
Este estudio determinaría el máximo personas pueden entrar al casco urbano del pueblo y al Valle del Cocora, para evitar un exceso de turistas que puedan poner en riesgo el ecosistema de la zona. Dicho ecosistema se compone de los 377 kilómetros cuadrados que tiene como área el municipio.
"Aunque la orden es de 2021, las diferentes entidades se han estado echando las culpas y el proceso no avanza. Mientras eso vemos que siguen llegando turistas, que las filas de horas se siguen dando a la entrada del municipio, y que no hay garantías para que los visitantes no lleguen a un lugar donde no hay capacidad para atenderlos", dice Jaime Arias, concejal de Salento.
Y es que en medio de la Semana Santa se volvió viral una foto en la que una palma de cera cayó sobre un vehículo parqueado en el Valle del Cocora.
Pero más allá del hecho, José Manuel Cortés, director de la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ), confirmó que el predio donde cayó el árbol es de un privado. "Ellos son los responsables de lo que pase dentro de su predio con la palma, y nunca han pedido asesoría a la autoridad ambiental para aprender a manipular este tipo de plantas", dijo en una entrevista a Caracol Radio.
Además, confirmó que por lo menos 1.000 turistas fueron devueltos, cuando intentaban ingresar a zonas de protección ambiental. "El acceso a estos lugares no está permitido. Hemos detectado que hay operadores que les venden recorridos a los turistas, y nuestra obligación es proteger estos lugares por su importancia ambiental", afirmó Cortés en una entrevista a Caracol Televisión.
Otro hecho que también se volvió tendencia en redes sociales fueron las fotos en las que los trancones para entrar a Salento iniciaban desde antes de salir de Autopistas del Café, la vía principal de acceso al municipio.
"En Salento no vemos control en ningún sentido. Cada día hay parqueaderos, sitios para fotos y hasta negocios nuevos, sin pensar en cómo se está impactando el medio ambiente de la zona", afirmó el líder ambientalista del Quindío Néstor Ocampo, quien además dice que hace mes y medio dos turistas fallecieron en un derrumbe mientras visitaban el Valle del Cocora.
"Los dejan construir en cualquier lado sin saber si hay riesgo de que cerca de esas construcciones pueda pasar algo. No hay control de la alcaldía ni de la CRQ para que dejen de construir en sitios donde es evidente que hay riesgo de deslizamiento", finaliza Ocampo.
Sumado a esta situación, las largas filas se reportaron en otros municipios como Filandia, Circasia y Montenegro, donde se movieron por lo menos 300 mil vehículos de turistas durante la Semana Santa.
"Lo que más nos preocupa es que lo que pasa en Salento ya viene repitiéndose en otras zonas. Lo más grave es que las alcaldías no tienen planes ni presupuestos para enfrentar la llegada masiva de turistas, dice el diputado del Quindío, Luis Carlos Serna, quien además es Licenciado en Biología y Educación Ambiental de la Universidad del Quindío.
"Esos turistas que llegan demandan servicios como agua, transporte y comercio, pero hay casos como Montenegro y La Tebaida donde es normal que se vaya el agua cuando hay aguaceros muy fuertes, y ahí tendríamos un problema sanitario enorme", dice Serna.
Por ahora según la CRQ, se están ejecutando los términos de referencia para reformular y ajustar el Plan de Manejo de la Cuenca Alta del río Quindío en Salento (conocido técnicamente como Distrito Regional de Manejo Integrado.