Truman, el tolimense que conquistó tres de las siete montañas más altas del mundo
David Bejarano, más conocido como ‘Truman’, es el hombre del páramo, quien ya ha recorrido altas y exigentes montañas de Colombia y del mundo. Este proyecto de vida creció en él desde que tenía once años cuando su hermano fue su guía e inspiración para subir por primera vez al nevado del Tolima. Estar allí a tan corta edad, fue el primer paso de lo que hoy es su proyecto de vida.
Años después combina el montañismo con la fotografía y le añade lo que es la triada perfecta; se forma como biólogo en la Universidad del Tolima. Y en la búsqueda de estar cada vez más cerca de la montaña, construye su hogar en el Cañón del Combeima, a unos cuantos kilómetros de la gran Dulima.
“Vivir en los Andes es maravilloso, la paz que se siente no la cambiaría. Me gusta conocer otros sitios, pero siempre regresar a la casa, a la montaña”, afirma Truman.
Este andar de montaña en montaña inició en las cumbres más imponentes de Colombia, como el Nevado del Tolima, Nevado del Ruiz, Nevado de Santa Isabel, Picos de la Sierra Nevada de Santa Marta, Picos de la Sierra Nevada del Cocuy y el Nevado del Huila. Y fue así que logró registrar algunos récords en el Parque Nacional Natural Los Nevados que marcaron su vida.
“La ruta de Cerro Negro en el Nevado del Tolima la iba a realizar con un amigo que fallece una semana antes. La hice después con un compañero por primera vez. Solo tres veces ha sido escalada”, cuenta Truman mientras recuerda con nostalgia.
Pero su anhelo no tuvo fronteras, ni freno, su mente siempre estuvo con el claro objetivo de cumplir el sueño de conocer otras rutas, y ese ímpetu lo llevó a cumbres de Ecuador, Perú, Argentina, Alaska, Suiza, Alemania, Tanzania, Paquistán y Rusia. En este último país, en la montaña Elbrus, Truman no culminó la cumbre por socorrer una escaladora que cayó a un precipicio.
“La montaña sigue ahí, luego volveremos, pero la vida es una”, recuerda Truman el dicho que lleva presente siempre que emprende un viaje.
Con la clara convicción que después de bajar la falda de una montaña ya está proyectando la próxima, es como ahora su mirada está en las siete cumbres más altas del mundo. El proyecto ya va camino arriba, pues de las siete, ya ha hecho cumbre en tres: Aconcagua, Denali y el Kilimanjaro. Para esta meta que tiene visualizada retomar en 2022 requiere de un presupuesto alto y patrocinadores que se unan a este sueño conjunto.
En ocasiones pasadas ya ha contado con manos solidarias y amantes a los deportes extremos que lo han apoyado en este tipo de travesías, que no cuenta con espectadores, pero sí con un claro mensaje de resistencia y de supervivencia por parte de la naturaleza y el ser humano.
Estar rodeado de todas las tonalidades de los verdes y del cristalizado blanco de los nevados; es la sensación que imagina Truman desde que decidió no bajar la mirada de la Cordillera de Los Andes, como aquella vez que la vio por primera vez desde Ibagué.
“Los que viven rodeados de montañas saben la sensación de tranquilidad que produce verlas. Espero Dios me siga dando ese regalo”.
