Luego de las últimas restricciones migratorias del gobierno venezolano, más de 500 migrantes se encuentran varados en la zona fronteriza de Cúcuta, a la espera de la autorización para poder transitar de regreso a su país. El alcalde de la ciudad, Jairo Tomás Yañez, expresó su preocupación por la situación y la posibilidad de que se convierta en foco de contagios de Covid-19 en esa región.
“Esto ha generado situaciones de todo tipo por la imposibilidad de que en forma ordenada y planeada Venezuela acepte que sus connacionales están regresando, diariamente hay unas 500 personas intentando pasar la frontera. (...) Gracias a la ciudadanía en general y, por fortuna, somos la ciudad con menores niveles de contagio, pero quizás somos la más vulnerable”, expresó el mandatario local en conversación en el programa La Señal de la Mañana de Radio Nacional de Colombia.
Y es que desde hoy comenzó a regir una nueva medida implementada por el gobierno de Nicolás Maduro para reducir el flujo de migrantes autorizados para retornar. El tránsito sólo se podrá realizar los días lunes, miércoles y viernes, en grupos de no más de 300 personas por el puente Simón Bolívar en Norte de Santander. En la frontera con Arauca se permitirá el paso sólo de 100 personas en el mismo horario, por el puente José Antonio Páez.
La medida busca reducir en un 80% el número de venezolanos que cruzan por día la frontera para regresar. Desde el cierre de las fronteras establecido por el Gobierno Nacional para reducir la expansión del coronavirus, el pasado 14 de marzo, más de 71 mil migrantes han retornado a Venezuela por corredores humanitarios. Por ello, Colombia registra el número más bajo de venezolanos residiendo en el territorio nacional desde hace cinco años cuando empeoró la crisis en el vecino país, con poco más de 1.8 millones, según Migración Colombia.
“Somos la puerta de entrada al país, somos una frontera dinámica. Son innumerables cantidades de trochas, más de 450 kilómetros que son complejos. Los ríos Pamplonita y Táchira tienen niveles muy bajos de caudal y es muy fácil pasar”, afirmó Yañez sobre la situación que describe en una carta enviada al presidente Iván Duque para solicitar más ayuda en la zona de frontera, pues -alega- aunque Migración Colombia y otras entidades del Estado intentan hacer control, muchos venezolanos quedan de lado colombiano por las noche.
“Estos venezolanos deben ser atendidos porque vienen en condiciones verdaderamente muy preocupantes, y para eso necesitamos ayudas humanitarias. (...) La carta al presidente es consecuencia de un consejo de seguridad que se hizo en febrero con Gobierno y congresistas. Lamentablemente, el vecino país le da alojamiento a grupos irregulares que aumentan la vulnerabilidad a la ciudad”, agregó el mandatario local, quien agregó que las trochas desbordan la capacidad de presencia militar, y pide apoyo tecnológico.
Por su parte, Josef Merkx, representante de Acnur en las Américas, señaló en entrevista con La Señal de la Mañana que a nivel regional son más de 5 millones de venezolanos los que han salido del país, siendo Colombia el que mayor número de migrantes tiene. Y los que han regresado a su país son entre el 3 y 4 por ciento de ese total. “Es un grupo relativamente pequeño, de personas que han perdido sus medios de vida y sus ingresos por las medidas de la pandemia”.
Y agregó: “El tema que más nos preocupa es el sanitario. A los caminantes y los migrantes que llegan a la frontera en buses hay que ayudarlos a moverse en condiciones que cuiden todas las normas de salud. El coronavirus no tiene nacionalidad, tenemos que trabajar todos juntos para enfrentar la pandemia de Covid-19 y evitar contagios”.
Hablan los migrantes
“Ha sido horrible, aquí tenemos ya siete días pasando lluvia, aguantando hambre, ni cargamos comisura cocinada en un fogón. Se nos mojó la leña, horrible, de verdad que ya no se puede, y no nos dejan pasar tampoco”, expresó uno de los venezolanos apostados bajo cambuches improvisados.
Algunos denuncian que a pesar de las largas filas se sigue dando prioridad a quienes llegan en buses del interior del país, dejando en la espera a centenares de personas que se mantienen al sol y al agua.
“Supuestamente nosotros éramos los que teníamos prioridad y pasaron dos buses que venían de Bogotá y a nosotros nos dejaron aquí. Y yo tengo dos niños”, narró una de madre que esperan en el puente. “Hay niños con diarrea, vómito, pero eso no lo ve el presidente de Venezuela”, manifestó otra migrante.
También denuncian que mafias estarían vendiendo cupos en las filas. Dicen los migrantes que por las trochas irregulares también cobran de forma ilegal el cruce y que la vigilancia del lado venezolano está siendo más intensa para evitar que regresen sin autorización.