Este 9 de febrero se cumple una década del fallecimiento de David Sánchez Juliao, sociólogo, periodista, escritor, hombre con fino humor y conversador innato.
Sánchez Juliao nació en Santa Cruz de Lorica, municipio ubicado en el departamento de Córdoba, desde donde salió en busca de horizontes que lo llevaran más allá del río Sinú. Publicó novelas, cuentos, fábulas, historias para niños y niñas. En su periplo por el mundo fue embajador en la India y Egipto entre 1991 y 1995.
Precursor de la literatura casete o audio libros
Para algunos, David Sánchez fue uno de los precursores de la que se consideró en su momento, la literatura casete. En 1975 grabó una serie de cuentos que aparecieron bajo el título de “¿Por qué me llevas al hospital en canoa, papá?”. Entre 1975 y 1981 grabó y publicó El Flecha, El Pachanga, Abraham Al Humor, Fosforito, Pedrito el soñador y demás historias que se desarrollan en Montería, Lorica y otras poblaciones del Caribe colombiano, que se hicieron célebres en la propia voz de David Sánchez.
El novelista
David Sánchez Juliao no fue ajeno a la situación social y económica de su entorno. Es así como dejó en algunos de sus libros el reflejo del momento que vivía el campesinado de su época, en ‘Historias de Raca Mandaca’. En este punto, el escritor José Luis Garcés considera que este trabajo, “nos muestra la problemática social –que también es económica, cultural, política, familiar e individual– que padecen los campesinos de la región del Sinú; las luchas que sostienen contra la adversidad, la pobreza, la exclusión y, ante todo, contra el hambre”.
Del papel a la televisión
Son recordados tres grandes títulos que fueron éxito en audiencias: Pero Sigo Siendo el Rey, (1983), una serie que congregó la atención de los colombianos. Mi Sangre aunque plebeya, (1986), y no se puede olvidar, Gallito Ramírez, la historia de vida de dos boxeadores que pelean no solo por salir de la pobreza, sino por el amor de una mujer.
En su carrera de escritor hay que tener presente Buenos días, América, (1988), una novela en la que plasmó las costumbres, la forma de vida y la idiosincrasia de Lorica; es un libro que nos transporta a las ondas de Radio Progreso de Córdoba y nos muestra cómo, todo lo que dice una emisora, se toma por cierto. Como dijo el escritor cordobés, José Luis Garcés “esta novela no parece que se leyera, sino que se escuchara”.
Sánchez Juliao, con su gran capacidad para describir nos lleva en avión desde Montería a Bogotá con la historia de amor y desamor de un francés y una cordobesa en ‘Dulce Veneno Moreno’, (2005). Esta novela se desarrolla en la hora de vuelo que une a las dos ciudades, tiempo en el cual nos transporta a Francia y otras latitudes del planeta.
En sentir del escritor Naudin Gracian, este libro “es un homenaje de David Sánchez Juliao a todo lo que él considera que hace que vivir valga la pena: a la belleza femenina, a la camaradería de su compañera, a la amistad, a la conversación, a la música, a la vacanería, a la costeñidad; pues incluso aparecen descripciones de pueblos, costumbres y elementos autóctonos, innecesarias para los escuchas de su narrador (pues ellos son nativos de la región descrita), porque evidentemente la intención explícita del autor es dar a conocer al mundo su tierra con todas sus glorias y tristezas, o sea en su humanidad plena”.
Sánchez Juliao también dejó una serie de cuentos infantiles, como ‘Roberto El Terco’, ‘Geografía animal y otras rimas’, ‘No todo lo que brilla’, entre otros títulos, que deja mensajes para reflexionar tanto a los adultos como a los menores de edad.
Su paso por la música
Esta fue una de las facetas poco exploradas por David Sánchez Juliao. Sin embargo, algunas voces consideran que la música estuvo presente en él con la llamada trilogía de novelas musicales, que empezó con ‘Pero sigo siendo el rey’, ‘Mi sangre aunque plebeya’ –sobre la llamada música vieja de los Andes – y ‘Danza de redención’ sobre la música tropical colombiana.
Lo que poco se habla es que, años antes de publicar esas novelas musicales, en 1975 se conoció una grabación hecha por el juglar Alejo Durán. La composición musical se llama El Indio Sinuano, que dio origen al nombre del vinilo bajo el sello Discos Machuca, en cuya portada aparece la leyenda: un rey y un escritor, acompañado de una fotografía de David Sánchez Juliao y Alejo Durán.
El tema también quedó plasmado en las voces del interprete Máximo Jiménez, primero en grabarla, y Alfredo Gutiérrez. La composición es un relato sobre la llegada de los españoles, el despojo de las tierras de las comunidades indígenas y su desplazamiento. Este un fragmento de la letra:
Yo soy indio de los puros del Sinú
yo soy indio chato, cholo y chiquitín
esta tierra, es mi tierra
este cielo, es mi cielo.
A mi casa llegó un día el español
y del foro de mi padre se apropió
y la tumba, de mi abuelo
como guaca, exploró (Bis)
Y mi tierra me quitaron de las manos
despojado quedé yo con mis hermanos
al abrigo, de los vientos
relegado, a los pantanos (Bis)
El periodista
En 1986, poco antes de que Alejandro Durán muriera, el escritor Sánchez Juliao lo convenció de hablar durante varias horas en Medellín. Fue una conversación que tomó cerca de tres días en diferentes lugares de la capital antioqueña, entre cafeterías, calles, parques e incluso el hotel, antes de llegar a los estudios.
Contaba en su momento Sánchez Juliao que cuando llegó la hora, Alejo Durán se presentó con su niño de brazos, su pedazo de acordeón. En Sonolux se sentaron, en un ambiente de humor, anécdotas e historias, acompañados de las notas musicales de la mágica interpretación del juglar Alejo Durán.
El resultado de la grabación quedó plasmada en un audio en el que Alejo Durán canta y habla de su vida.
El 9 de febrero unió más allá de la tierra caribe a estos dos hombres, al rey Alejo Durán por su natalicio hace 102 años y a David Sánchez Juliao por su fallecimiento hace 10 años.
Donde estén hoy los recordamos e imaginamos, como el título de la obra sonora que los reunió: Alejo Durán, canta y cuenta su vida a David Sánchez Juliao.